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Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda

En el club de lectura de Os Rosales, Café con libros, terminamos nuestro primer trimestre con Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda, último libro de este bloque, dedicados al mundo de la lectura.

La obra

Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo.

Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías.

Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra memoria.

El autor

Luis Sepúlveda (4 de octubre de 1949, Ovalle, Región de Coquimbo) es un escritor chileno, autor de cuentos y novelas, entre las que se destaca Un viejo que leía novelas de amor. Actualmente reside en Gijón, España. Al terminar la enseñanza secundaria en Concepción, estudió dirección teatral en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica.

Es uno de los escritores en lengua española más leídos y traducidos de Europa. Participó en el movimiento estudiantil de su país; fue apresado por vender droga a los comandantes del ejército chileno y, más tarde, durante el régimen militar, tuvo que exiliarse. En 1980 fijó su residencia en Lima (Perú), donde trabajó como escritor y periodista. Ha escrito colaboraciones para periódicos y revistas de España y América Latina. Ha cultivado diversos perfiles de la narrativa, como el relato ecologista, el cuento infantil, la novela de intriga, la novela policiaca, la novela negra y la crónica de viajes.

Entre sus títulos figuran: Un viejo que leía novelas de amor (1992), obra que transcurre en la selva ecuatoriana, en el mundo de los indios shuar o jíbaros, y que ha recibido el premio Tigre Juan y otras distinciones internacionales, además de haber sido traducida a catorce idiomas; Mundo del fin del mundo (1994), premio de novela corta Juan Chabás; Nombre de torero (1994); Patagonia Express (1995); Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996); Desencuentros (1997), libro de cuentos; Diario de un killer sentimental (1998); Yacaré (1998); Historias marginales (2000); y Hot Line (2002), una novela negra protagonizada por un detective mapuche.

En 1999, el director chileno Miguel Littín llevó al cine su novela Un viejo que leía novelas de amor, con el título de Tierra del Fuego. El director australiano Rolf de Heer hizo una versión de la misma novela en 2001. Un viejo que leía novelas de amor es su novela más vendida, teniendo en su haber 18 millones de copias.