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Nada se opone a la noche

Mi madre llevaba varios días muerta.

Ese hecho, el encuentro de su madre, Lucile,  muerta, es el motivo que lleva a la autora Delphine de Vigan  a indagar en su pasado  y por extensión en el pasado de la familia Poirier. Es el deseo de conocer como fue la vida de sus abuelos, George y Liane y la de sus numerosos hijos Lisbeth, Barthélémy, Lucile, Antonin, Jean-Marc, Milo, Justine, Violette y Tom. Narrada en primera persona, es una novela intimista y dura, que fácilmente llega al corazón. Y es que los sentimientos están ahí y aunque contenidos, no dejan de impresionar y emocionar; tanto por su crudeza como por el amor filial que destilan por encima de cualquier otra consideración.

A lo largo de la narración nos va también hablando de su propia niñez y de la de su hermana Manon. Nos esboza como fue la infancia y pubertad de ambas, sus miedos, alegrías, indecisiones y extrañezas sobre los sucesos que a su alrededor se producían, el divorcio de sus padres, Lucile y Gabriel y la relación que ellas tuvieron con él después de aquel hecho.

Divide la historia en tres partes. En la primera nos narra la infancia y juventud de Lucile y sus hermanos, los sucesos que alegraron aquellos momentos y los que los entristecieron, en especial la muerte de Antonin. Como eran sus padres, aparentemente una pareja feliz y emprendedora, acogedora y entregada a sus hijos. Por destacar algo diremos que Lucile era una exitosa modelo de ropa infantil. De la lectura de esta parte podemos sacar las primeras impresiones de como será su futuro.

En la segunda parte nos detalla su vida juvenil, un tanto bohemia. También como fue la infancia de Delphine, sus recuerdos, la relación con su hermana Manon y sobre todo la sensación que la autora tiene de que su madre se ha apartado de ella al cumplir más o menos diez años. Relata también los primeros síntomas  de la enfermedad de su madre, Lucile.

La tercera nos describe la madurez de Delphine, el nacimiento de sus hijos y la lucha de su madre contra la enfermedad que la consume.

A lo largo de toda la narración nos va detallando las dificultades que encuentra para desarrollar la historia. Los esfuerzos para que las personas que conocieron y vivieron los hechos relaten los mismos y le entreguen aquello que pueda servir para evocarlos, fotos, diarios, grabaciones. La lucha contra sus miedos a rememorar lo pasado, a enfrentarse con sus actitudes de entonces, a preguntarse el grado de responsabilidad que tuvieron en dichos sucesos. Es una terapia de todos, de la familia entera. Es el sillón del psicoanálisis al que les convoca la llamada de Delphine y al que acuden, pese a saber que volver sobre aquellos días no va a ser siempre  agradable y puede abrir heridas que se creían muy cicatrizadas.

En la descripción la autora pone distancia entre ella y los diferentes personajes que aparecen. Son familia, pero al describirlos  evita todo juicio de valor que sobre ellos pueda tener. Los detalla por lo que cuentan, por las aportaciones que hacen al común. Y sinceramente creo que acierta. Esa postura hace más creíble el relato que nos brinda.

Este  esfuerzo colectivo de evocación tiene un efecto colateral que la autora comenta. Nos dice que alguno de sus familiares le confesó que el  ejercicio de memoria llevado a cabo ha tenido el sorprendente efecto de conseguir que volvieran a hablar. La vida los había distanciado, emocional y físicamente. Lo hecho ha logrado que vuelvan a comunicarse y estar más unidos. Se han reencontrado

Animo a leer el libro con calma y con la mente muy abierta. Sin juicios de valor. El lector puede implicarse en lo que sucedió y juzgar,  pero siempre le faltará conocer  todos los matices. Lo que se narra de memoria por muchas pruebas físicas en que se base viene filtrado por el paso del tiempo y las distintas maneras de entender un mismo hecho influenciado por el paso del tiempo.

Delphine de Vigan (Boulogne-Billancourt, 1966) . Novelista francesa. Actualmente vive en París.

Creció en una familia “difícil” lo que hizo que se refugiara en la lectura. Tras varios pequeños empleos, ocupó en Alfortville un puesto de ejecutivo en un instituto de encuestas. Más tarde retomó sus estudios; una licenciatura y un máster en recursos humanos y comunicación interna. En la actualidad, madre de dos hijos, vive de su pluma desde 2007.

Su primera novela, Jours sans faim, en la que contaba su lucha contra la anorexia, apareció en 2001 bajo el seudónimo de Lou Delvig. Siguió escribiendo bajo su verdadero nombre y su novela No y yo (2007), se convirtió en un best seller que recibió el Premio de los libreros y fue llevado a la pantalla por Zabou Breitman en 2010.

Las horas subterráneas (2009), con un gran éxito de crítica y muchos lectores figuró en la lista de obras seleccionadas para el Premio Goncourt y obtuvo el Premio de los lectores de Córcega. Nada se opone a la noche (2011) ha obtenido el Premio de novela FNAC, el Premio de novela de las Televisiones Francesas, el Premio Renaudot de los Institutos de Francia, el Gran Premio de la heroína Madame Figaro y el Gran Premio de los lectores de Elle. Ha tenido un éxito arrollador en Francia donde ha superado el medio millón de ejemplares y ha estado durante muchos meses en el raaking de las novelas más vendidas. Además ha sido o está siendo publicada por varías editoriales extranjeras.